Héctor Lunar G. Todos los venezolanos tenemos un rol fundamental en la construcción de nuestra democracia. Es una tarea que no corresponde a unos pocos. Es una tarea popular, y que debemos avivar con solicitud, responsabilidad y generosidad por la nación... De allí el papel de la esperanza como ductor de la vida y anhelos ciudadanos... La Constitución de 1999 estableció que “ Toda persona tiene el deber de cumplir con sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país , promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social ” (art. 132). No debemos permitirnos el repliegue de las justas convicciones, aparentemente desbordadas por las elegías dejadas hasta ahora por un liderazgo político desconcertante. Más bien debemos ser recilientes como sociedad. Entrever en el corazón y mente de cada uno los propósitos que nos hacen dignos como ciudadanos y seres humanos, junto con
P. Héctor Lunar G. Después de 20 años de una revolución fallida, los problemas de nuestra República y las condiciones de vida de millones de venezolanos se agravan. El COVID-19 ha colocado en evidencia el fracaso no sólo del gobierno de NM, sino de todo el sistema político que la cúpula chavista ha querido imponer a troche y moche con improvisación, clientelismo, despilfarro, populismo, corrupción de los poderes públicos, persecuciones, exilio, detenciones y torturas. (...) No obstante los cuantiosos ingresos petroleros que durante todos estos años recibieron, haciendo uso a placer de los mismos, no procuraron la calidad de vida que merecen los venezolanos siquiera en lo mínimo. En gran parte del territorio nacional no hay alimentos, no hay medicinas, no hay gasolina, no hay agua potable, no hay energía eléctrica, no hay transporte público, no hay seguridad ante la delincuencia paramilitar en las zonas agrarias y los sueldos no alcanzan para adquirir lo poco que se halla en